La única fruta de la moda es la banana
La fruta tropical ha tenido un protagonismo silencioso en pasarelas y fotos icónicas. Además de una fuerte representación en el mundo del arte.
Plátano. Guineo. Banano. Maduro. Y podría seguir. La banana es una de las frutas más conocidas a lo largo y ancho del mundo (de ahí sus diversos nombres). Como española, sé que no es lo mismo un plátano de Canarias que una banana del Caribe. Pero dejando de lado las diferencias en términos frutales, su fama mundial ha hecho que en la esfera artística esta fruta esté representada también de diversas maneras. La banana es ese símbolo tropical que habla por sí solo: vida, sexo, muerte, tragedia y comedia.
Desde Buster Keaton resbalándose con una piel de plátano hasta las Guerrilla Girls reivindicando la presencia de arte femenino en los museos, la banana ha contribuido al imaginario popular más de lo que creemos.
Roberta Smith, crítica de arte estadounidense, escribió: “Si bien en el mundo del arte predomina la testosterona, el falocentrismo y los timos por parte de personas estúpidas, debemos recordar que hay más de una forma de usar los plátanos, y que las Guerrilla Girls lo han hecho durante décadas”. No dudo que Smith estaba pensando en Andy Warhol al hacer esta reflexión.
En 2019, Maurizio Cattelan presentó en Art Basel Miami su obra ‘Comedian’: un plátano pegado con cinta adhesiva en la pared. Sin duda, una obra controvertida, pero quizá Maurizio no quiso hacer otra cosa que reflejar el alma de Keaton en una representación efímera.
La moda, también a sus pies
Su influencia también ha llegado a nuestro armario. En 2003, Vogue publicó un editorial con Kate Moss vistiendo una camiseta vintage llena de bananas. El estilista Bay Garnett fue quien la encontró en una tienda de segunda mano, y junto a Juergen Teller, el fotógrafo, retrató a una joven Moss en una habitación desaliñada, con toques infantiles. Esta imagen fue la inspiración de Phoebe Philo (en ese entonces directora creativa de Chloé), quien presentó en su colección primavera-verano 2004 una versión idéntica.
Pero Philo no puede llevarse todo el mérito. Stella McCartney, su predecesora en la firma, ya trabajó esta simbología. En un tono más rebelde, la diseñadora presentó en el desfile de primavera-verano 2001 una camiseta con un potente mensaje visual y escrito.


Ahora, la firma (de la mano de Chemena Kamali - de la que tengo que hacer pronto una news-) ha recuperado esta esencia y este otoño-invierno nos propone llevar accesorios de bananas como este.
Después de esta rápida mirada al pasado, me quedo con tres cosas:
Las disciplinas artísticas nunca son silos. Están interconectadas y unas se inspiran en otras.
No cambio el plátano de Canarias por nada.
Si quieres estar a la moda esta temporada, aprende a leer una banana. Póster adjunto.
Con mucho amor, te leo mientras me preparo para aterrizar en tu email próximamente con un nuevo tema.